Blog de Geografía 2º Bachillerato

BLOG DE GEOGRAFÍA DE 2º BACHILLERATO
Prof.Luis Pérez-Cea Soto

jueves, 16 de diciembre de 2010

RESPUESTA 2º PARCIAL 1ª EVALUACIÓN

1º.- Definir los siguientes conceptos:
Tasa de dependencia: Relación entre la población que no está edad de trabajar (población dependiente) y la población en edad de trabajar. Se calcula multiplicando por 100 la población dependiente (0-15 años + 65 años y >) y dividiéndola entre la población en edad de trabajar (16-64). Cuanto mayor sea el índice, mayor será el peso que recaerá sobre la población en edad de trabajar.
Tasa de mortalidad infantil: Nº de niños fallecidos antes de cumplir un año por cada 1000 nacidos vivos. En España esta tasa ha tenido una enorme reducción desde principios del siglo XX hasta la actualidad, teniendo como causas los avances de la medicina, de la pediatría y de la alimentación infantil.
Crecimiento real: Es la suma del crecimiento vegetativo (diferencia entre las tasas de mortalidad y natalidad) y el saldo migratorio (diferencia entre inmigrantes y emigrantes).
Ciclo demográfico moderno: Etapa de la transición demográfica caracterizada por la existencia de bajas tasas de natalidad y mortalidad y un reducido crecimiento natural. En España se inició a partir de 1975.
Población activa: Conjunto de personas de 16 años en adelante que constituye la mano de obre para lo producción de bienes y servicios o que están disponibles y realizan gestiones para incorporarse a dicha gestión. Incluye, por tanto, a la población activa ocupada y a la población activa desocupada (parada o en busca de su primer empleo.
Movimiento pendular: Movimiento migratorio de corta distancia repetitivo, que no supone un cambio de actividad y que se produce de la periferia al centro urbano y viceversa, en los días laborables, debido a la tendencia al crecimiento en extensión del espacio residencial por el área metropolitana y la concentración de empleos en el centro de la ciudad.

2º.- El siguiente mapa representa la densidad de población de las provincias españolas en 2007
a) ¿Qué características presenta esta distribución de la población?
La población española está desigualmente distribuida, presenta fuertes desequilibrios espaciales entre zonas densamente pobladas que superan la media nacional y otras de despoblamientos con densidades inferiores a 25 hab/Km2.
Las áreas de alta densidad serían Madrid, la periferia peninsular, Baleares, Canarias, Ceuta y Melilla.
Las de baja densidad estarían situadas en el interior de la Península y particularmente algunas zonas montañosas.
b) ¿Qué factores permiten explicar dicha distribución?
Los factores que explican lo anterior son de índole natural e histórico.
Los factores naturales, y especialmente el relieve/clima, son de relevancia en tanto que han condicionado, sobre todo en el pasado, la distribución de la población. La preferencia por los lugares de relieve llano, de clima templado-húmedo y baja altitud explican las densidades costeras, de las llanuras y valles fluviales.
Los factores históricos influyen desde el punto y hora en que la distribución poblacional ha variado a tenor de los cambios habidos en la estructura socioeconómica (industrialización y tercerización), en el proceso de urbanización, en el desarrollo de la infraestructura de transporte (clave en el movimiento poblacional) y en la organización político-administrativa del Estado.
La situación que se nos muestra en el mapa comenzó a gestarse a mediados del siglo XIX con el inicio del proceso industrializador y la nueva división provincial de 1833 que favoreció el desarrollo de las ciudades elegidas como capitales provinciales con lo cual aumentan su peso específico Madrid, las regiones periféricas, tanto por su alto crecimiento natural como Andalucía o Murcia, como por la instalación de industrias que atrajeron población (Cataluña y cornisa cantábrica), mientras que las regiones interiores perdían población paulatinamente. Este es un proceso continuado hasta el primer tercio del siglo XX.
Entre 1960 y 1975 se alcanzaron los mayores desequilibrios en la distribución de la población, teniendo como agentes el auge industrial y el desarrollo del turismo y los transportes, además de la creación de unos polos de atracción y dinamismo industrial en Valladolid y en el Valle del Ebro que se suman a los tradicionales focos expresados anteriormente. Así las grandes metrópolis concentraron el desarrollo económico experimentando un crecimiento demográfico sin igual en la historia de España provocado en un alto porcentaje por el éxodo rural.
A partir de la crisis de 1975 los contrastes tienden a mitigarse debido a unos nuevos factores de desarrollo surgidos a raíz de la crisis además de las propias repercusiones de ésta. Las áreas industriales tradicionales pierden su poder de atracción debido al paro y las reconversiones salvajes, mientras que las zonas tradicionales de emigración del interior recibieron emigrantes retornados y disminuyeron las salidas de efectivos. El proceso de tercerización, la tecnificación de la agricultura y la dispersión del tejido industrial, nuevos factores de desarrollo, favorecen el incremento demográfico de Madrid, Valle del Ebro y eje mediterráneo. No olvidemos, por otro lado, que las políticas territoriales generadas por las autonomías han buscado un desarrollo endógeno que contribuye a paralizar movimientos centrífugos y por tanto reducen los desequilibrios espaciales.

3º.- Características de la población española actual

En la actualidad la población española se caracteriza por los siguientes rasgos:

a) Una distribución desigual en el espacio
b) Un crecimiento natural muy bajo
c) Unos movimientos migratorios caracterizados por un nuevo modelo de migraciones interiores, paralización de migraciones exteriores y una elevada inmigración.
d) Una estructura demográfica envejecida
e) Un crecimiento real bajo.
f) Una estructura del empleo tercerizada.

a) Distribución de la población en el espacio

Una de las características más importantes de la población española es el fuerte desequilibrio espacial que presenta, teniendo áreas de concentración que superan am`pliamente la media nacional y áreas de despoblamiento con una muy baja densidad poblacional. Así encontramos unas zonas de alta densidad que se corresponden con Madrid, la periferia peninsular, Canarias, Baleares, Ceuta y Melilla, junto con otras de baja densidad que se sitúan en el interior de la Península.

Para encontrar una explicación a este hecho diferencial debemos referirnos a unos grupos de factores, naturales e históricos, que de alguna manera han configurado este panorama. Huelga decir que el relieve y el clima son elementos factoriales incisivos en la distribución de la población por razones obvias. Sin embargo, en las sociedades contemporáneas influyen más decisivamente los cambios estructurales en la dinámica socioeconómica como vehículo de movimiento poblacional interior. De hecho, es entre mediados del siglo XIX y la crisis de 1975 cuando se consolidan los contrastes actuales en la distribución de la población española. Es el momento del inicio industrializador, la crisis de la agricultura tradicional, el desarrollo urbano y urbanístico que genera un ingente movimiento poblacional desde las áreas interiores (éxodo rural) hacia las zonas industrializadas, sobre todo entre 1960 y 1975. Sin embargo, las consecuencias socioeconómicas derivadas de la crisis de 1975 tienden a redistribuir la población mitigando los contrastes sin que ello signifique, ni mucho menos, un equilibrio regional a nivel poblacional. De este modo áreas tradicionalmente inmigratoria han invertido su signo debido a la caída del entramado industrial como la cornisa cantábrica al tiempo que las grandes ciudades han visto frenado el movimiento inmigratorio en pos de ciudades media y pequeñas. No podemos olvidar la nueva estructura estatal surgida a raíz del estado de las autonomías con una orientación política dirigida al desarrollo endógeno que a la larga ha tenido consecuencias territoriales importantes, sobre todo de retorno, favorecido por el desarrollo de las infraestructuras viarias y de comunicación.

b) Bajo Crecimiento natural

El régimen demográfico actual (1975 hasta hoy) se caracteriza por unas bajas tasas de natalidad y mortalidad, a pesar del repunte por envejecimiento de la población, y un crecimiento natural escaso. Así, la natalidad desciende de forma brusca entre 1975 y 1998 con lo cual el índice de relevo generacional no supera las cifras mínimas. Esto viene provocado por una serie de causas cuyo componente socioeconómico lo podemos resumir en los siguientes cambios:
  • el retraso de la edad matrimonial y por tanto el acortamiento del periodo fértil de la mujer debido fundamentalmente a la crisis económica y al alto precio de los bienes inmobiliarios.
  • Cambios de mentalidad en la sociedad española con la incorporación de la mujer al mercado laboral, el uso de los anticonceptivos y la disminución progresiva de la influencia religiosa han colaborado al descenso de la natalidad. Además la sociedad de consumo actual y la falta de ayudas generalizadas para conciliar la vida familiar y laboral coadyuvan a esta bajada natalicia. No olvidemos otro hecho social característico de la sociedad actual como es el aumento de los hogares monoparentales y las distintas formas de uniones diferentes al matrimonio tradicional que generan, por regla general, más relaciones de parejas que reproductoras.

A partir de 1998 la natalidad experimenta una ligera recuperación debido al comportamiento natalicio antimaltusiano que mantienen los inmigrantes, aunque a día de hoy el número de hijos por mujer de las extranjeras está disminuyendo, por lo que esta situación de ligero repunte puede ser transitoria.

En cuanto a la mortalidad, apreciamos que aunque la tasa asciende ligeramente desde 1982 debido al envejecimiento de la población, en general se mantiene en cifras bajas. Es un aumento aparente por el incremento del número de ancianos, pero la mortalidad real continua descendiendo como lo demuestra el aumento de la esperanza de vida. Además, las causas de mortalidad general han cambiado: disminución de las enfermedades infecciosas y aumento de las llamadas tres “C” junto con las relacionadas con la senilidad y las denominadas “enfermedades sociales” generadas por ciertos estilo y hábitos de vida (tabaquismo, drogadicción y alcoholismo).

La mortalidad infantil es hoy día muy baja sobre todo la neonatal y con altas probabilidades de reducirse aún más gracias a los avances médicos.

En base a lo anterior, el crecimiento natural de España en el régimen demográfico actual descendió hasta 1998 debido a las bajas tasas de natalidad, si bien desde esa fecha se nota un pequeño repunte debido a la ligera recuperación de la natalidad.

c) Movimientos migratorios
En la actualidad España se caracteriza en cuanto a movimientos migratorios por una modificación sustancial de sus estructuras tradicionales: por un lado un nuevo modelo de migraciones interiores y por otro una paralización de las migraciones exteriores, a lo que hay que sumar una elevada inmigración.

Las características de las migraciones interiores en la actualidad responden a un número mayor de motivaciones que en períodos anteriores. Así encontramos unas migraciones laborales protagonizadas por adultos jóvenes (20-40 años) que, procedentes de antiguas áreas inmigratorias hoy en declive, se dirigen a centros de mayor dinamismo económico de otras regiones o dentro de su propia región o provincia. Sin embargo hay que constatar que la migración hacia provincias de otras regiones se han ralentizado mientras que las intraregionales en intraprovinciales han crecido, sobre todo favorecidas por las políticas de desarrollo regional generadas desde las mismas comunidades autónomas con ayudas, en un principio, de los fondos europeos. El proceso afecta también a los intercambios entre municipios por cuanto las grandes urbes presentan una “huida” de la población hacia otros municipios más pequeños e incluso rurales, con lo cual los primeros comienzan a arrojar un saldo negativo, mientras que los de acogida un saldo positivo. Pero el proceso más novedoso es el papel, cada vez mayor, de los extranjeros en las migraciones interiores en base a su mayopr disponibilidad para los desplazamientos y a una menor atadura familiar. De hecho Andalucía y el litoral mediterráneo son un buen exponente de ello.

Unido a lo anterior están los llamados movimientos pendulares. Son desplazamientos periódicos por motivos fundamentalmente de trabajo, si bien no podemos exceptuar los de ocio. Son por regla general movimientos periferia-centro ciudad, tomando como periferia tanto las zonas rururbanas dentro del término municipal de la ciudad como municipios cercanos. Este fenómeno tiene su raíz, entre otros factores, a las llamadas migraciones residenciales que generan hoy día unos de los movimientos más característicos de una sociedad que busca la calidad medioambiental y un precio más asequible del suelo. Por ello se trata fundamentalmente de migraciones intraurbanas, entre la ciudad central y sus diversas coronas periféricas, aunque también se da entre grandes ciudades y provincias anejas con un menor nivel adquisitivo.

Por último, típico del estado actual de la cuestión, son las migraciones de retorno. Como su nombre indica significa la vuelta de inmigrantes a las áreas emigratorias. Entre 1975 y 1990 afectó de forma generalizada a la población mayor de 55 años jubilada o prejubilada. Desde 1990 afecta más a adultos jóvenes protagonistas de migraciones tipo “golondrina”.

Respecto a las migraciones exteriores, actualmente España ha dejado de ser un país emisor de población. Tengamos en cuenta que el aumento del nivel de vida, la mayor formación de la mano de obra que conduce a la búsqueda de mejores empleos y la competencia en los lugares de destino de trabajadores procedentes de países menos desarrollados contribuyen decisivamente a una relantización del proceso y hacer de este un movimiento selectivo y no de masas como en el pasado.

España ha invertido sus papeles y se ha convertido desde mediados de la década de 1980, y sobre todo desde 1995 en un país receptor. De hecho, en 2009 la población extranjera en nuestro país superaba los 5,5 millones de personas (extranjeros nacionalizados, inmigrantes legales, inmigrantes ilegales).

Las causas que subyacen en este proceso se derivan del propio grado de desarrollo y tercerización de España, el clima y la posición geográfica como puerta de Europa desde el continente africano y concretamente la necesidad de mano de obra de baja cualificación y una serie de medidas gubernamentales que han atraído a nuevos inmigrantes (regularización de ilegales y el reagrupamiento familiar).

En cuanto a la procedencia de los inmigrantes, hasta 1996 fue mayoritariamente de la Europa comunitaria y a partir de esta fecha predominan los extra comunitarios, los africanos, chinos e iberoamericanos, con destinos principalmente a las grandes áreas de servicios (periferia mediterránea, Madrid y territorios insulares). En la actualidad se inicia un lento, pero progresivo movimiento hacia el interior de España derivado de la saturación laboral en las áreas periféricas. Igualmente, el perfil del inmigrante es variado según su procedencia. Mientras los inmigrantes comunitarios suelen ser jubilados con un nivel de vida medio-alto, los extra comunitarios suelen ser jóvenes, generalmente con baja cualificación, cuyo motivo es exclusivamente económico.

Las implicaciones en la estructura de la población de la inmigración es importante por cuanto ha contribuido a un crecimiento demográfico dado su condición natalista además de aportar población activa que sin embargo, aparte de las consecuencias económicas positivas que pueda tener, genera unas consecuencias negativas a nivel laboral como la bajada de salarios en algunos sectores que tiene efecto locomotora sobre otros y acentúa la escasa movilidad geográfica actual de los trabajadores españoles, hecho de grandes reflejos en la estructura económica y poblacional regional.

    d) Crecimiento Real bajo y una estructura demográfica envejecida

Cuando hablamos del crecimiento real de la población nos estamos refiriendo al resultado que arroja la suma del crecimiento vegetativo y el saldo migratorio. El régimen demográfico actual se caracteriza por el escaso crecimiento vegetativo y por tanto un aumento de población mínimo, sobre todo entre 1975 y 1991, cuyos valores podrían haber sido más bajos de no contar con la compensación provocada por el retorno de emigrantes debido a la crisis económica y posteriormente por la inmigración extranjera a partir de 1995, proceso acelerado a partir de 2001 como ya se ha expuesto.
La estructura demográfica envejecida tiene su causa fundamental en el hundimiento de la natalidad a partir de 1975 y el aumento de la esperanza de vida, situación que se consolida a partir de 1981 debido, por un lado, a la subida, y por tanto alto precio, de la vivienda tanto en régimen de compra como de alquiler lo que impide a los jóvenes emanciparse prolongando su permanencia con los padres y retrasando, en consecuencia, la edad matrimonial lo que incide en el acortamiento del período fértil de la mujer; y por otro a la precariedad laboral (despidos, contratos basura etc). No hay que olvidar también que la sociedad española se ha ido desprendiendo paulatinamente de la influencia religiosa secular difundiéndose el uso de anticonceptivos y despenalizando en ciertos supuestos el aborto. El acceso de la mujer al mundo laboral igualmente ha influido en esta bajada natalicia en tanto que hasta no se produzca una consolidación en el trabajo no acceden a la maternidad (30-34 años por lo general) y además la conciliación entre la vida familiar y la laboral es difícil en la mayoría de casos.

El grado de envejecimiento afecta a la viabilidad del estado del bienestar por la ingente cantidad de gastos que provoca (pensiones, sanitarios, sociales) junto con una mayor desaceleración económica al reducirse la población activa.

e) Estructura del empleo tercerizada

España ha entrado de lleno en el esquema de los países más desarrollado con un potente y diversificado sector terciario que ocupa al espectro más amplio de la población activa. El aumento del nivel de vida, la mecanización del sector primario, la evolución de la industria y el desarrollo de ciertas actividades terciarias como el turismo subsector de arrastre de hostelería, ocio, transporte comercio etc, son las causas inmediatas de la tercerización de este país. Así, sí hiciéramos un recorrido por las CCAA, aunque existen desequilibrios territoriales, veríamos que predomina el sector terciario. Las comunidades especializadas en el sector turístico y Madrid por su condición de capitalidad, servicios centrales del Estado y centro neurálgico del mercado a escala nacional e internacional aportan el mayor número de empleos en el sector, mientras que esta aportación es menor en aquellas con fuerte especialización en el sector agrario y agroindustrial. Como proyección evidente, la aportación de los servicios al PIB será mayor en los espacios en donde predominan los servicios más avanzados (servicios a la empresas y los relacionados con el turismo) y menor en aquellos espacios donde predominan los menos cualificados (personales, comerciales asistenciales).

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