El medio físico presenta un relieve en pendiente, cuyas formas escarpadas se deben a la acción glaciar y periglaciar. La vegetación se escalona en función de la altitud: en las zonas más bajas se localiza el bosque caducifolio (roble, haya), que en las áreas más próximas al valle ha sido roturado y transformado en prados. Por encima del bosque, donde el frío impide el crecimiento de los árboles, se suceden los matorrales, los prados de altura y las plantas rupícolas.
El clima de montaña se caracteriza por precipitaciones abundantes, que en invierno caen frecuentemente en forma de nieve, y temperaturas frías en invierno y frescas en verano.
El espacio agrario se organiza en parcelas ocupadas por pastos y bosques, que son de pequeño tamaño y forma irregular.
Los usos agrarios del suelo predominantes en este paisaje son el ganadero y el forestal.
Además es frecuente la existencia de pequeños huertos junto a las casas, que proporcionan hortalizas y algunas frutas.
– El ganado pasta en los prados del fondo de los valles y de las laderas de fuerte pendiente por encima de las aldeas. El ganado es bovino y ovino. El bovino, en régimen extensivo o mixto, pasta en verano en los pastos de altura y en invierno en los más bajos y
próximos a la aldea. El ovino, en régimen extensivo, pasta en la majadas de las zonas más
peñascosas. En ambos casos, la producción principal es la cárnica, sobre todo de terneros
para cebo.
– El bosque permite el aprovechamiento de la madera y de la leña proporcionadas por el
roble y el haya. Los matorrales, mezclados con los excrementos del ganado, proporcionan
estiércol.
El poblamiento se concentra en una aldea, localizada en el fondo del valle.
En este paisaje pueden adivinarse algunos problemas. Entre ellos, la baja densidad de población y los limitados equipamientos. Por eso, estas zonas suelen estar sometidas a una fuerte emigración. Para paliar este problema, la nueva política de desarrollo rural de la Unión Europea incrementa los fondos destinados al desarrollo rural, que incluyen ayudas económicas a la población y fondos para diversificar las actividades económicas. Entre las diversas opciones, se encuentra el fomento del turismo, aprovechando la belleza paisajística del lugar y sus posibilidades para practicar actividades como el excursionismo,
el ecoturismo, el agroturismo, etc.
Fuente: Anaya.
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